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CENTENARIOS FRANCISCANOS

1225-2025 Cántico de las criaturas

 Después de celebrar los 800 años de la impresión de las llagas de San Francisco, el próximo año 2025 conmemoraremos los 800 del “Cántico de las criaturas”, el primer poema escrito en lengua italiana.

 Uno se pregunta ¿Cómo San Francisco llegó a componer un poema tan bello, un año antes de su muerte, cuando sentía el dolor de las heridas producidas por las llagas, se encontraba casi ciego y padecía otras enfermedades?

 Además en tiempo de San Francisco los valores evangélicos de pura simplicidad, de pobreza y de paz,  no eran  los importantes, sino que dominada el poder y apuntarse a la guerra santa de las cruzadas para reconquistar el país de Jesús.

 Francisco  viniendo sin fuerzas del monte Alverna, se detuvo en el monasterio de San Damián, donde vivían Santa Clara y sus hermanas. Allí había oído por primera vez, las palabras del Cristo de San Damián. Santa Clara le instaló en una casa contigua al convento. Pero los sufrimientos no daban tregua a Francisco, durante el día no veía ni la luz del sol, ni la claridad del fuego durante la noche... , no le dejaban descansar ni dormir.

 Pero una noche, un gozo sobrenatural se apoderó del alma de Francisco: el gozo de la certidumbre. En ese momento  Francisco vio una aurora espléndida. Por la mañana llamó a sus compañeros y, no pudiendo contenerse de gozo, se puso a cantar el Cántico de las Criaturas que acababa de componer.

Fray Francisco Pesquera

Consiliario de Mujeres Latinas sin Fronteras

Cántico de las criaturas

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, 

tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;

tan solo tú eres digno de toda bendición,

y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención 

Loado seas por toda criatura mi Señor, 
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra y abre el día, y es bello en su esplendor,

y lleva por los cielos noticia de su autor.

 

Y por la hermana luna, de blanca luz menor, y las estrellas claras,
que tu poder creó, tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,

y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!. 

 

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,

que es útil, casta, humilde: ¡loado mi Señor!

 

Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!.

 

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,

la hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas

y los frutos, y flores de color, y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!.
 

Y los que perdonan y aguantan por tu amor los males corporales

y la tribulación: ¡felices los que sufren en paz con el dolor,

porque les llega el tiempo de la consolación!.

San Francisco de Asís

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